Entrevistamos a Pilar, de El Castillo del Buen Amor. En Ruralka lo importante son nuestros hoteles, y sobre todo los anfitriones, aquellas personas que dedican su día a día a cuidar todos los detalles en su hotel para que disfrutemos de una estancia maravillosa. Son ellos los que se dedican en cuerpo y alma a hacer de sus casas nuestra casa. Ruralka es un Club de Calidad por ellos, porque se despiertan cada mañana con una sonrisa de oreja a oreja y dan un trato inmejorable a los clientes que desde aquí les mandamos.

Todo lo que podamos decir de nuestros anfitriones es poco, tenéis que ir a algunos de nuestros hoteles para disfrutar en primera persona de todo lo que estáis leyendo en estas líneas.

Desde Ruralka queremos agradecer a cada uno de ellos por darnos tanto durante todos estos años, años en los que hemos formado una gran familia ¡La familia Ruralka! Por eso, queremos hacer este pequeño homenaje a cada uno de ellos, para conocerlos un poco mejor y descubrir que ha llevado a estas maravillosas personas a embarcarse en este proyecto.

Pilar es una mujer estupenda, una más de la familia Ruralka, ya que el hotel lleva con nosotros muchos años. Ella se encarga de todo, es la propietaria que durante todo el día está pensando cómo mejorar este Castillo (Desde aquí le decimos que es inmejorable); además se encarga de la dirección del hotel y de todo lo que haga falta.

Decidió crear una empresa familiar para dedicarse en cuerpo y alma a mantener en perfecto estado de conservación este edificio histórico y recibir a los huéspedes y darles el mejor trato posible (ese que siempre nos ha dado a nosotros) para que puedan vivir la experiencia de alojarse en un auténtico castillo del siglo XV, pero con las comodidades de hoy.

Le preguntamos por su rincón favorito del hotel y nos dice que en invierno no hay nada mejor como estar en la chimenea de estilo mudéjar del siglo XV, bajo unas vigas originales con cientos de años de historia tomando una buena copa de vino. Para desconectar un poco del ajetreo que es llevar este hotel se da largos paseos por los jardines y viñedos de alrededor del Castillo¡Se siente tan feliz allí!

Las habitaciones son maravillosas, distintas unas de otras, que siguen la estructura original del castillo… cada una con un encanto muy especial. En esta estación del año nos recomienda una cata de vino con visita guiada al castillo y al viñedo y disfrutar de un picnic junto al lago y pasar la tarde en la piscina.

Pero a este hotel no sólo se viene a descansar y a relajarte, también a comer bien, y Pilar nos recomiendo el magnífico magret de pato que preparan en su cocina ¡Una delicia!

Pilar nos recomienda su Castillo ¿Por qué?

Porque es un hotel distinto al resto ¡No siempre se puede descansar en un castillo del siglo XV en perfecto estado de conservación! Algunas de sus habitaciones son realmente majestuosas. El entorno es único, al estar en medio del campo podremos disfrutar de una tranquilidad increíble, sólo alterada por el cantar de los pájaros.

¡Pilar te lo recomienda…Ruralka también!