Roadtrip por La Rioja
Viajar con otros ojos, desconectar para volver a conectar, viajar sin mapa, perderte y dejarte sorprender. Únete a la Tribu de los Nómadas Rurales, una iniciativa de Ruralka y Volvo. Esta vez queremos compartir contigo cada detalle de nuestro Roadtrip por La Rioja, una experiencia inolvidable que nos llevó a recorrer la belleza de los parajes riojanos, la cultural rural y la sostenibilidad. ¡Vámonos!
Nuestro emocionante roadtrip comienza en el Parque Natural Sierra de Cebollera, una maravillosa reserva natural que se extiende en la frontera con Soria y que cautiva a los amantes de la aventura y la sostenibilidad. Con una altitud máxima de 2.2622 metros, esta majestuosa cadena montañosa forma parte del Sistema Ibérico y se ha convertido en un destino imperdible para aquellos que desean experimentar la belleza de la naturaleza en su máxima expresión. ¡Y nosotros no pudimos perdérnosla!
Lo que hace que este lugar sea aún más especial es la elección de nuestro maravilloso coche eléctrico Volvo para explorar sus senderos. La sostenibilidad es una parte fundamental de nuestra filosofía de viaje, y no podríamos haber elegido un vehículo más adecuado para esta aventura ecológica.
Mientras explorábamos los senderos, quedamos maravillados por los densos bosques de hayas y robles que nos rodeaban, ofreciendo sombra y un frescor revitalizante en los días soleados.
Pero la Sierra de Cebollera no solo nos sorprendió con su paisaje. La riqueza de su fauna nos permitió avistar especies como corzos, jabalíes, zorros, tejones, majestuosas águilas y buitres, así como diversas especies de reptiles y anfibios que demostraban la salud de este ecosistema.
En resumen, la Sierra de Cebollera es un lugar de gran valor natural y turístico que ofrece múltiples opciones para los amantes de la naturaleza y el turismo activo. Además, al elegir un coche eléctrico Volvo para nuestro viaje, no solo experimentamos la belleza de La Rioja, sino que también contribuimos a la sostenibilidad y la preservación de este entorno natural para las generaciones futuras.
Después visitamos Pradillo, un pueblo sacado de un cuento de hadas, que nos deslumbró con sus casas de piedra y calles adoquinadas. No pudimos resistirnos a degustar la comida tradicional riojana en una taberna local. El cordero asado y el vino de la región fueron un verdadero manjar para nuestros paladares.
Siguiendo nuestro camino, llegamos a Gallinero de Cameros, otro pueblo que parecía salido de una postal. Sus vistas panorámicas de las montañas y sus casas rústicas nos hicieron sentir como si estuviéramos en otro mundo. Aquí, hicimos un alto para explorar las tiendas locales y probar algunos productos artesanales.
Uno de los momentos destacados de nuestro viaje fue el día que pasamos siguiendo el curso del río Iregua. Hicimos senderismo por hermosos senderos junto al río, rodeados de impresionantes paisajes. Cada curva del río revelaba una nueva vista pintoresca que nos dejaba sin aliento.
Conducimos nuestro Volvo dirección a Torrecilla de Cameros y, como siempre, conducir con Volvo es sinónimo de seguridad, rapidez y con sus coches eléctricos de sostenibilidad. Los parajes que nos rodean son indescriptibles, y saber que marcas como Volvo apuestan por una movilidad que no repercute en el medio es una gozada.
Nuestra aventura en La Rioja nos llevó a esta joya oculta, una localidad que es un verdadero tesoro histórico y geográfico. Este pueblo encantador, situado en las dos orillas del río Iregua, es un testimonio de la rica historia y la belleza natural que esta región tiene para ofrecer.
Torrecilla de Cameros se destaca por su esencia histórica, y su ubicación estratégica le otorga un carácter único en la Sierra de Cameros. Aquí, pudimos explorar numerosos rincones y monumentos que nos transportaron a tiempos pasados. Sus calles adoquinadas y edificios antiguos hablan de una historia rica y de un pasado esplendoroso.
Uno de los aspectos más notables de Torrecilla de Cameros es su patrimonio arquitectónico. Mientras caminábamos por sus calles, nos encontramos con numerosos edificios religiosos, casas solariegas, palacios y escudos que adornan el núcleo urbano. Cada uno de estos monumentos cuenta una historia única y nos habla de la importancia histórica de este encantador pueblo serrano.
En medio de esta belleza histórica, también encontramos una comunidad vibrante y acogedora. Los habitantes de Torrecilla de Cameros nos recibieron con los brazos abiertos y compartieron con nosotros su amor por la tradición industrial y ganadera que ha sido fundamental en la vida de la localidad.
En resumen, nuestra visita a Torrecilla de Cameros fue un viaje en el tiempo a través de sus monumentos históricos y una inmersión en su cálida comunidad. Este pueblo es una joya oculta en La Rioja que combina la riqueza de su historia con la belleza de su entorno natural, y no podemos dejar de recomendarlo como una parada imprescindible en tu viaje por esta hermosa región.
Durante todo nuestro viaje, tuvimos la oportunidad de alojarnos en el mismo lugar, la maravillosa Finca de los Arandinos en Entrena, La Rioja. Este encantador refugio se convirtió en nuestro hogar lejos de casa y nos ofreció una experiencia excepcional que abrazó la sostenibilidad y el lujo en perfecta armonía.
Desde el momento en que llegamos, nos sorprendieron con una cálida bienvenida. La serenidad que emanaba de este lugar era palpable y nos envolvía en un abrazo tranquilizador.
Además, la finca nos brindó una experiencia única. Nos pusimos las botas de vendimia y participamos en la tradicional cosecha de uvas en los viñedos de la finca. Con las uvas bajo nuestros pies, pisamos la uva con entusiasmo y vivimos de cerca la emoción de la vendimia. Además, tuvimos la oportunidad de explorar la bodega de la finca y realizar una cata de vinos que nos sumergió en la cultura vinícola de La Rioja.
También pudimos probar el restaurante Tierra, donde nos esperaba una cena degustación que despertó nuestros sentidos con cada bocado. Y por las mañanas los desayunos “slow” con productos de la comarca nos conectaron con la autenticidad de La Rioja.
La Finca de los Arandinos se convirtió en un punto de partida ideal para nuestras aventuras en La Rioja. Desde aquí, también hicimos una escapada a Logroño para visitar los museos del vino y explorar aún más la cultura vitivinícola de la región. Además, junto a Volvo llegamos en seguida de una forma cómoda, rápida y segura. El mejor transporte para aquellos que aman las escapadas de una forma sostenible.
Logroño es una ciudad rica en historia y tradiciones, con raíces que se remontan a la Edad Media. Su importancia histórica está estrechamente vinculada al Camino de Santiago, que la convirtió en un punto de encuentro clave para los peregrinos que seguían esta ruta milenaria.
Mientras explorábamos el casco antiguo de Logroño, conocimos importantes monumentos vinculados al Camino de Santiago, como la iglesia de Santiago, que se erige como un impresionante testimonio de la tradición jacobea. Además, nos sumergimos en la atmósfera histórica de la ciudad visitando la muralla del Revellín y la puerta de Carlos I, donde se celebran actos que recuerdan el asedio francés a la ciudad durante las fiestas patronales.
Paseando por la Rúa Vieja, una calle tradicionalmente transitada por los peregrinos que se dirigían a Compostela, admiramos importantes representaciones de la arquitectura jacobea, como el albergue de Peregrinos y la famosa fuente de los Peregrinos. También nos impresionó la iglesia de Santiago, un monumental edificio del siglo XVI con una sola nave y una fachada que muestra una formidable imagen de Santiago Matamoros.
El centro histórico de Logroño nos invitó a descubrir otros tesoros arquitectónicos, como la Catedral de Santa María la Redonda, con sus imponentes torres barrocas, y la iglesia de San Bartolomé, una muestra única del arte románico en la ciudad. Además, disfrutamos de la belleza de templos como Santa María de Palacio, el palacio del Marqués de Legarda y el Museo de La Rioja, instalado en el palacio de Espartero.
Las avenidas y plazas de Logroño también nos brindaron la oportunidad de sumergirnos en el ambiente de sus calles. El paseo del Espolón, en particular, se destacó como uno de los centros emblemáticos de la ciudad, mientras que la plaza del Mercado fue el lugar de encuentro de los lugareños.
Por supuesto, no podemos dejar de mencionar la rica gastronomía de La Rioja. La región es famosa por sus especialidades culinarias, como la menestra de verduras, las patatas a la riojana y las chuletillas de cordero al sarmiento, que disfrutamos en uno de los restaurantes locales.
Nuestro viaje por La Rioja en nuestro Volvo fue una experiencia que nunca olvidaremos. Descubrimos la belleza de la naturaleza, la calidez de la vida rural y la sostenibilidad en cada rincón de esta región.
La Finca de los Arandinos fue mucho más que un alojamiento; fue el corazón de nuestra experiencia en esta región y un verdadero refugio de sostenibilidad y lujo.
¡Esperamos volver pronto!