Con solo cinco habitaciones, la experiencia aquí es verdaderamente exclusiva y personal. Cada una de las habitaciones ofrece vistas que son un regalo para los sentidos, ya sea hacia los campos que se extienden interminablemente o hacia el hermoso jardín del hotel, donde la naturaleza se expresa en su máxima expresión.

La finca misma es una extensión de 180 hectáreas de tierras que abarcan cultivos, bosques y riberas, flanqueada por las majestuosas montañas de Tivissa. Dos ambientes distintos coexisten aquí: la zona cercana al río, parte de la Red Natura 2000, donde la vegetación ribereña abraza la vida, y las áreas más alejadas, anidadas en un valle protegido por montañas boscosas, creando un paisaje de ensueño que invita a la contemplación y exploración.

Si eres un amante de la naturaleza y la aventura, te encantará saber que desde el hotel puedes embarcarte en rutas a pie o en bicicleta de diferentes niveles de dificultad. Explora los melocotoneros, camina a orillas del río Ebro, descubre trincheras que cuentan historias de la guerra civil o visita un auténtico Poblado Ibérico; el entorno está lleno de secretos por descubrir.

En el Hotel Mas de l’Illa, la vida se desacelera y se fusiona con el entorno natural. Este es un lugar donde los recuerdos se tejen en los campos, donde la historia y la naturaleza se entrelazan, y donde cada amanecer es una promesa de nuevos descubrimientos. Ven y sumérgete en este paraíso rural con encanto, donde la vida toma un ritmo más sereno y hermoso.

Hotel rural con encanto personalmente auditado por nuestro equipo.